Una madre lucha por alimentar a sus hijos hambrientos

Plegarias por niños hambrientos respondidas

En El Salvador, los constantes retos de vivir en la pobreza extrema abruman frecuentemente a Marta, de 25 años, quien hace enormes esfuerzos para alimentar a sus hijos hambrientos. “En estos días no tenía un solo grano de maíz,” refirió. “Y entonces estaba preocupada porque los niños me pedían comida y no sabía qué hacer.”

Marta se preocupa especialmente por Alejandra, de 2 años, quien a diferencia de sus hermanos no tiene suficiente edad para ir a la escuela, donde podría recibir algo de comer.

Con un nivel educativo bajo y niños pequeños que cuidar, Marta tiene pocas perspectivas laborales. Ella gana algo de dinero lavando ropa ajena en el río, pero no es suficiente para alimentar a sus niños y se ve forzada a contar con la ayuda de los demás.

Marta se apoya en el Señor para que le dé fortaleza. “Cuando no tenemos nada qué comer, ha habido días que no hemos tenido nada qué comer, me siento abatido,” expresó, “y me digo: ¿Cómo voy a hacer hoy? Y me arrodillo para rogarle al Señor que me quite esa angustia y que nos dé el pan de cada día.”

Marta nunca deja de hacer su oración nocturna y transmite su devoción y su fe a sus hijos. “En la noche los cubro [a mis hijos] para que duerman bien,” contó, “y me arrodillo para pedirle al Señor que me dé más fuerzas, que continúe dándome más fuerzas y valor para seguir adelante con mis niños.”

DONE AHORA

“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”
(Filipenses
4:13, NIV)

A diferencia de sus hermanos mayores, Alejandra, de 2 años, todavía no va a la escuela, donde podría recibir algo de comer.

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