Gracias por tu generosidad
Gracias por la generosidad que manifiestas a familias que viven en la pobreza.
Tu apoyo firme es un pilar para nuestra organización y una bendición para quienes ruegan a Dios que envíe a alguien que les tienda una mano; tú estás ayudando a responder sus plegarias.
Has hecho posible que niños y familias emprendan el camino que los llevará a lograr sus sueños y a alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Con tu solidaridad, estás dando testimonio del poder de la fe. Te estaremos siempre agradecidos por unirte a nuestra misión de asistir a quienes más lo necesitan.
Hoy has compartido el amor de Dios a través de tu donación. Una vez más, gracias.
“A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda?
Mi ayuda proviene del Señor, que hizo el cielo y la tierra”.
(Salmo 121:1-2, NVI)